Podemos imaginar la comunión del hombre con la naturaleza de muchas formas, podemos pensar cómo adaptarnos a la tierra que nos toca aprovechando lo mejor, explotando sus posibilidades de una manera sostenible, sin menguar sus recursos, sin hipotecar el futuro.

Y es que los hombres llevan agarrados a la Serrezuela desde tiempos inmemoriales, seguro que el primer humano que pasó, ya decidió que ese era el lugar de su vida.

Como lo siguen haciendo gentes venidas, no sólo de España, sino de Europa y otras partes de mundo, que quedan prendados de lo que sus ojos ven, en los finos aromas de la montaña, en la delicadeza de sus frutos y sobre todo; en la intensa y agradable sensación de bienestar que percibimos muy adentro.

La Serrezuela llamamos a la cara sur de la Sierra de los Lagares; una umbría que guarda el frescor de manera natural por la propia disposición de la montaña.

Aunque no hay fuentes con caudales abundantes, si existe una gran cantidad de ellas por todas partes con aportes suficientes para sostener la presencia humana, las actividades ganaderas y agrícolas que se desarrollan.

Hoy está todo lleno de olivos que ocupan la mayor parte de la falda, también hay muchas viñas, algunas grandes.

Antiguamente debió haber muchas más, siendo el cultivo dominante, por ello el gran número de edificaciones que se conservan dedicadas al trabajo de la vid y la elaboración de vinos.

 

Las fincas son de pequeño tamaño por lo que existen muchas construcciones, cada propiedad dispone de un pequeño caseto, grandes casonas e incluso enormes palacios.

Los tiempos nos han dejado muestras de diferentes modelos constructivos, de distintas formas de cultivo, explotación o elaboración de los vinos.

Casi todas las casas grandes estaban en manos de los señores de Trujillo, que al tiempo que cultivaban sus vinos, tenían en este lugar un espacio de ocio y tiempo libre muy cerca de la Ciudad.

También era la residencia habitual de muchos de ellos que durante los meses de verano se trasladaban aquí con las familias y criados al completo para encontrar aquí el frescor que les faltaba en Trujillo.

A cada uno en su medida, los caldos aportaban un buen impulso a la economía familiar y fama para lugar.

Un paseo  nos dará una idea de la gran variedad, momentos históricos que nos permiten recorrer las edades del hombre y una vistas inigualables de las Vegas del Guadiana. Vistas que se hacen de 360 grados si subimos a la cumbre, Los Lagares, a 792 metros, y el norte se abre para mostrarnos la penillanura trujillano-cacereña.

La Tierra de Herguijuela queda aguas vertientes, es decir, la que lleva sus arroyos hacia el Guadiana, pero hay un valle muy alto que recorre casi toda la cumbre de norte a sur hacia el Tajo, hay momentos en que la cumbre casi es imperceptible, haciendo a veces difícil saber si sales o entras del término municipal.

En este pequeño valle se asienta el Pago de San Clemente, pedanía dependiente de Trujillo y que sin embargo se entronca de mil maneras con la red de caminos y parcelas de Herguijuela.

En el valle del Pago y en la Serrezuela, la importante masa humana que vivía en lo que en los dos lados se conoce como "Los Lagares" se organizan en Barrios. Unos de otros dístan apenas unos centenares de metros  agrupando las viviendas dispersas enla montaña de manera natural.

Existen: el Barrio de los Lagares, Barrios de la Redondilla,m del Peché, la Negra o el de San Clemente.

Muchos de los Lagares y alguna otra construcción se ha adaptado para el Turismo Rural. En la Serrezuela existe una amplia oferta de distintos establecimientos que cubren gran parte de las necesidades de turistas y viajeros dando un servicio de calidad.

Sus emplazamientos les proporcionan vistas y paisajes para disfrutar muy despacio, al tiempo que degustan los productos de Extremadura y les posibilita para un sin fin de actividades relacionadas con el medio ambiente.

Algunos, la mayoría, están muy conservados y otros amenazan una ruina definitiva. 

Muchas sorpresas nos aguardan, incluso hay un paraje conocido como la Mina, que recuerda de un pasado muy presente en otras partes del municipio.

Casi todos los lagares toman nombres de santos o referencias religiosas, suponemos que debió ser una moda medieval y que antes tendrían otras denominaciones.

El Lagar mas importante es quizás uno de los mas reformados y nuevos, también es una de las bodegas punteras en Extremadura: Las Granadas Coronada, otros son San Antonio, la Florentina, la Casa de los Santos, Lagar Santa Marta, La Cruces, Valdechina, la Barrera…

Hay señalizada una ruta, la de la Serrezuela, que sube la punto más alto desde Herguijuela.

También hay una interesante red de senderos que permiten rutas a medida, haciendo paseos infinitos, llenos de puntos interesantes y momentos únicos en contacto con la naturaleza.

Llenarán nuestro tiempo con aspectos y saberes que agradeceremos enormemente.

Ven y Disfrútala...